martes, 8 de septiembre de 2015

Nuestros pobre niños

En una semana he visto tantas noticias que mi percepción como madre me las presenta de una manera que muy probablemente no  hubiere tenido antes.
Primero vemos a un niño ahogado en las costas de turquia cuya fotografia conmociono a miles y me partió el corazón a mi, Aylan representa miles de niños que no vemos pero estan allí sufriendo consecuensias de las guerras que elloz ni siquiera han elegido protagonizar.
Luego vemos un niñito de dos años alimentado por una perrita que no lo dejo morir de hambre ante el abandono de su madre.
En mi país donde hay cada día decenas de muertos, vemos el show mediatico ante un bebe presuntamente cambiado en el hospital donde nació pero que es reclamado 3 meses despues de su nacimiento y sacado del país antes de realizarle el examen de ADN.
Sin tanto show vimos que se encontro un bebe en un basurero y allí murió la noticia.

La verdad es increible nuestra incapacidad como seres humanos de respetar lo más hermoso que se nos da en este mundo, esos cuatro ejemplos de angelitos sufriendo por conflictos que ellos no eligieron y que no pueden evitar o mejorar; cada día parece presentarnos la peor cara de esta humanidad pero cuando veo los ojos brillantes de mi pequeñito entiendo que cada uno de nosotros fuimos una esperanza para este mundo, un bebe no tiene absolutamente ninguna mala idea es un ser nuevo, que lastimosamente aprende del ambiente que les rodea, por tanto esta en nuestras manos tratar de mejorar el mundo para y por ellos.


Especialmente lo del intercambio de bebes me certifico que siempre todo pasa por algo y es que mi bebe se adelanto a nacer por 20 días y yo decía que no me dio tiempo de hacer muchas cosas, si hubiese nacido a su fecha estuvieramos entre la lista de posibles cambios y bajo un estres increible, asi Dios sabe porque suceden las cosas.

martes, 1 de septiembre de 2015

Una gran recompensa

Siempre te dicen "los hijos cuestan" y, en definitiva, es totalmente cierto. Nunca lo sabes lo suficiente hasta que te toca experimentarlo y realmente no entiendo como pueden lograrlo las personas con más de dos hijos (incluyendo mis padres) si yo con 4 meses digo que uno es suficiente.

Y no sé confundan: Nico es lo más tranquilo del mundo. A sus 4 meses él ya no despierta en las madrugadas, come en buenos horarios, juega y se rée de lo más lindo, pero la necesidad que tienen por sus padres es tal que te agota, más aún si lo alimentas con lactancia materna exclusiva y a demanda; llega a sentirse que absorbe cada gramo de energía que tú tienes y cada gota de agua que estaba dentro de tu cuerpo.

Cada día Nico está más despierto y más juguetón, por ende cada día pasa más tiempo despierto y no lo puedo dejar solo, cada día debo dejar de lado más cosas para poder estar pendiente de él; cada día significa jugar, cantar, hablar más de lo que recuerdo haber hecho en mi vida adulta y cada día me hace más feliz; pero es difícil, muero de sueño día con día, mis manos se han tenido que multiplicar para cumplir con las cosas de la casa, me toca aprenderme canciones infantiles, adiós a cualquier dieta porque muero de hambre y muero de sed permanentemente, no me alcanza el agua nunca; pero con cada juego, en cada canción, me regalan una sonrisa, me regalan una mirada que llena todo.


La verdad tampoco entiendo cómo es posible después de 3 meses, dejar a tu bebé para regresar a trabajar, saber que perderás tantas cosas y que él tendrá que sustituir tu cariño y cuidados; también admiro mucho más a aquellas mujeres que dejan todo al quedarse con sus hijos, es difícil como persona y la dependencia económica genera frustración y más cuando existen tantos movimientos en los que se dice que si una mujer se queda en su casa por sus hijos y no realiza un trabajo profesional fuera de casa es por dejada.

El trabajo de un hogar es increíblemente fuerte y más cuando se está a cargo criando a un pequeño ser humano, yo soy todo menos una buena ama de casa, todo lo contrario, y por desgracia no podré dedicarme al 100% a su crianza, pero estos meses que Dios me regaló para disfrutar con él, en los que he estado 24/7 al tanto de las cosas de mi hogar y que he experimentado lo difícil que es todo este mundo, también puedo garantizar que ver como mi niñito sonríe cuando me ve y le hablo o por la noche ver la sonrisa de mi bebé mientras descansa son más que suficiente para darse por pagados. 

Nico me reconoce perfectamente me busca con la mirada y una vez me encuentra, o cuando está comiendo y me mira, sonríe. Y con esa sonrisa me da la certeza de qué sabe que soy su mami, qué se siente seguro y de que es feliz.  Y eso nos hace felices a nosotros, que hemos cambiado tanto como él en estos 4 meses, pero que sabemos que al terminar el día tenemos la certeza de estar viviendo en nuestro pequeño paraíso y por eso todo vale la pena.