martes, 2 de febrero de 2016

9 meses

Ya pasamos el mismo tiempo que estuvo dentro de la pancita juntos fuera de ella, aprendiendo, jugando y llenándonos de amor; y es que no pasa un día en que no nos embriague el sentimiento hermoso de felicidad de estar a tu lado.

Ha cambiado tanto en este tiempo, que por momentos parece increíble que no hemos llegado ni al año, la percepción del tiempo ha tomado un rumbo distinto, los días son cortos pero tan llenos de vida que se sienten más largo, los cambios constantes hacen que los meses parezcan mas distantes y lo más importante es que disfrutamos cada segundo de esta etapa que, es eso, solo una etapa, aunque me encantaría que durara para siempre.

Ya tenemos 4 dientes y si que le gusta usarlos, no hemos tenido problema con ningún tipo de comida (y de donde esperábamos que saliera de poco comer si eso viene de familia), damos besitos, intentamos saludar con la mano, nos comunicamos mejor (lo que significa mas gritos y llantos), jugamos mucho más los tres juntos y mostramos más alegría cuando vemos al papito regresar a la casa.

Cada día ha cambiado algo, cada día hemos tenido que adaptar algo para poder acoplarnos a seguir creciendo, cada día nuestro Eduardo Nicolás descubre algo nuevo y deja de ser un bebito y comienza a ser nuestro niño, pero yo sigo siendo la mamá loca enamorada que no cabe de amor por él y sigo atesorando cada segundo que lo disfruto en mis brazos, que sus ojos se clavan en los míos y crean un lazo irrompible que nunca se borrará de mi memoria y aunque él no recuerde nada de esto, espero que sea la base para que siga creciendo saludable y felizmente.