miércoles, 8 de julio de 2015

La noche mas larga

Cuando pensé en estudiar medicina, sabía que perdería muchas horas de sueño y efectivamente, cuando llegué a segundo año todo comenzó a exigir más tiempo y el sueño fue el primero en ser sacrificado. Luego no sólo era la exigencia del estudio, sino de responsabilidades y llegaron los turnos, dejaron de ser horas de sueño sacrificadas y se convirtieron en noches enteras sin dormir; nunca tuve problema para soportar esas noches sin dormir, el problema era más bien en las mañanas cuando más de alguno de mis compañeros, mi novio ahora esposo o mis papás y hermanas sufrían por mis cambios de humor causados por la deprivación de sueño.

Y después venía la hibernación porque al final siempre encontraba alguna superficie que me pareciera lo suficiente cómoda como para caer rendida y no moverme por horas; era inevitable que llegara ese momento cuando no era capaz de mantener los ojos abiertos y sin importar donde estuviera terminaba cediendo al sueño.

Todo esto parecía ser una buena preparación, ya conocía como reaccionaría a las noches de llanto y de preocupación, lograría pasar noches en vela pero sufriría mis enojos y aún me daba miedo quedarme tan dormida que no escuchara si se ponía a llorar por la madrugada.

Hace dos meses que no duermo una noche completa, al principio fue cansado, pero no lo que esperaba, el sueño ya no es sacrificado, desaparece voluntariamente y mi subconciente (no es tan sub, es mi superconciente) me despierta siempre que he logrado dormirme y le pasa algo a Nico.  Talvez el primer mes me desesperé por no lograr dormir, pero luego llegaron las sonrisas y comencé a ver este tiempo no en pérdida de sueño sino en ganancia.

Los días son de 24 horas, es imposible que sean más largos, es imposible que detengan su curso y con cada día Nico crece un poco más, ya no es un recién nacido, ya mide 58 cm y se fija en lo que hay a su alrededor; es por esto que ya no me preocupa despertarme por las madrugadas y dormirme lo más tarde posible, por el contrario me alegra poder disfrutar esos momentos, ese tiempo me han regalado las mejores sonrisas, los movimientos nuevos y los balbuceos más lindos que he escuchado; no me han quitado tiempo me lo han regalado y aunque estos dos meses han pasado como siempre, yo no los he sentido rápidos, los disfruto al máximo y los guardo con mucho amor en mi memoria, ( y gracias a la tecnología en mi teléfono celular) al final el consejo más sabio que me dio mi doctora fue: "duerme cuando el bebe este dormido" y no solo es el momento que logras dormir, sino que puede ser un momento más que atesorado si puedes dormir con tu bebé en brazos, claro que con la seguridad necesaria para evitar accidentes, pero esos momentos son increíblemente mágicos y te regalan más tiempo y ese tiempo es un tesoro que guardarás por siempre en tu corazón.


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